Historia verdadera
Antes de sumergirnos en la narración, iniciemos con una historia verdadera. ¿Por qué? Justamente porque las acciones hablan más fuerte que las palabras, las historias comunican los mensajes mejor que un simple texto.
Aquí vamos:
La brillantez del sol se reflejaba en la capa de nieve en la Antártida. El aire estaba lleno de sonidos de los pingüinos jugando. Saltaban dentro y fuera del agua clara, sólo por diversión.
Pero uno de ellos permanecía solo. Era alto, fuerte y elegante. ¿Qué pasa si nado tan lejos cómo pueda? Pensó ¿Qué encontraré?
Se sumergió en el océano azul y alcanzó el horizonte. El sol se puso, la luna salió. Nadó bajo las estrellas titilantes. Nadó por muchos días y noches hasta que finalmente llegó completa y totalmente exhausto a una ardiente playa de Nueva Zelanda.
Pronto el pingüino enfermó. Por hambre, llenó su pico de arena, confundiéndola con nieve. Por fortuna, un asombrado hombre en la playa, dio la alerta al zoológico cercano. Vinieron a rescatar al pingüino. Sus cuidadores realizaron cirugías para quitar la arena. Le pusieron “Happy feet” y le colocaron una cámara web en su jaula.
Happy feet aumentó de peso gracias a la dieta de malteadas de pescado. Grandes masas de público lo “seguían” a través de la cámara web. Los visitantes al zoológico aumentaron mucho. Sus admiradores hicieron grandes donaciones de forma espontánea para llevarlo de vuelta a casa.
Finalmente, Happy Feet se recupera y se pone en forma de nuevo. Una alegre multitud se reúne en el zoológico para darle un adiós final. Sus cuidadores fletaron un barco y un equipo para liberarlo cerca de la Antártida. Por fin, Happy Feet se sumerge de nuevo en el océano azul para nadar a casa.
La historia de Happy Feet
¿Por qué un pingüino obtiene más cobertura de los medios de toda una especie a punto de ser exterminada?
El pingüino Happy Feet capturó la atención del mundo con su increíble historia del viaje, la enfermedad, la recuperación y la liberación. Esta historia verdadera obtuvo más cobertura de los medios que muchos proyectos de conservación. La gente espontáneamente se unió a ayudar y apoyar. Donaron grandes sumas de dinero sin que se les haya pedido. ¿Por qué? Ni los hechos ni el pensamiento racional hicieron el truco. Pero una historia convincente tocó sus corazones.
Ayudar a este pingüino Emperador fue irracional. Por supuesto el pingüino sufrió. El habría muerto en la playa de Nueva Zelanda si no hubiera tenido apoyo. Pero los pingüinos Emperador no son raros. Hay más de medio millón de ellos en la Antártida. Racionalmente, habría sido más sabio donar el dinero a un proyecto de conservación real, a un proyecto que hiciera una verdadera diferencia. Salvar la vida de Happy feet reconforta nuestros corazones, pero no ayuda a conservar a naturaleza. (de hecho, Happy feet fue probablemente comido por una orca a los pocos días de su liberación, ya que su emisor de repente dejó de dar señales.
Lo que es interesante saber es: ¿Por qué un pingüino obtiene más cobertura de los medios que toda una especie en vías de extinción? ¿Por qué brincamos de nuestras sillas para ayudar a un pájaro, pero no hacemos nada para detener la pérdida de ecosistemas enteros? ¿Es realmente cierto que nos preocupamos menos acerca de la tragedia en la medida en que aumenta el número de víctimas? Para entender porque respondemos a historias convincentes acerca de individuos en lugar de la información objetiva acerca de un gran problema, explicaremos los secretos del poder de la narración en los siguientes tópicos. Pero miremos primero otro ejemplo.